lunes, 2 de enero de 2012

Un paseo por Tamajón



La Tradición -entiéndase a discreción, como buenas o malas lenguas, según el criterio de cada uno- cuenta que fue precisamente aquí, en Tamajón, donde Felipe II estuvo a punto de levantar el monasterio de San Lorenzo que, como todos sabemos, terminó siendo emplazado en El Escorial, quizás taponando, como opina el escritor e investigador Javier Sierra, una de esas terribles Puertas del Infierno, que también las buenas o las malas lenguas tradicionales, asocian con algunos lugares determinados, aunque especiales, repartidos a lo largo y ancho del planeta.

Por otra parte y a día de hoy, que yo sepa -que conste, que nadie está libre de su medida y proporción de ignorancia- la Arqueología no ha certificado que se ubicara aquí Tamaya, la legendaria ciudad que se supone fuera fundada por judíos en la diáspora, una vez derrotados y sometidos por los romanos, allá por el siglo I. Y no obstante, dejando aparte tradición y leyenda, no cabe duda de que una visita a Tamajón y su entorno -parte ya lo hemos visto en su Ciudad Encantada y su ermita de la Virgen de los Enebrales- resulta suficiente para darnos cuenta de que, paseando por sus calles, lo hacemos, al menos, por un lugar singular.

[continúa]