lunes, 20 de enero de 2014

Los eremitorios de Cívica


Cívica es un lugar sobrenatural; un recuerdo de tiempos pretéritos que, sin embargo, todavía tiene mucho que contar hasta épocas relativamente recientes, cuando no sólo el deseo de retiro espiritual sino también una imperiosa necesidad, hicieron que su arcano corazón troglodita continuara latiendo, apocado a los abrumadores desequilibrios sociales.
Por otra parte, su situación no deja de ser también interesante. Situado, aproximadamente, a seis kilómetros de Brihuega, antigua villa medieval amurallada y a unos veinte de Torija, hay investigadores que barajan la posibilidad de que en tiempos medievales, incluso algún caballero de la mediática Orden del Temple hubiera habitado alguno de los eremitorios en voluntario retiro místico-espiritual. Aun sin pruebas tangibles de ello, podría ser un dato medianamente veraz -¿por qué no?-, si tenemos en cuenta que en Torija éstos tuvieron un convento -situado, según parece, en el lugar o en las inmediaciones donde se levanta el espectacular castillo, reconvertido actualmente en Centro de Interpretación de la provincia-, y que su presencia no parece del todo ajena, así mismo, a la mencionada villa de Brihuega donde, curiosamente, existe un Santuario de Virgen Negra -la Virgen de la Peña-, similar, en esencia, a los que también se localizan en ciudades con antigua arraigambre medieval, como Sepúlveda, en la provincia de Segovia y Calatayud, en la provincia de Zaragoza, además de haber podido tener relación con la iglesia de San Felipe, situada, como la de San Miguel, intramuros de la ciudad, donde se puede apreciar un símbolo no ajeno a otras construcciones o posesiones de la Orden, como pudiera ser la magnífica estrella de David que luce en el rosetón situado por encima de la portada oeste. Motivo que, además, se localiza en lugares como Betanzos, donde se sabe que tuvieron una importante encomienda, cuyos restos se encuentran diseminados, al parecer, por las tres iglesias principales de la ciudad: Santiago, San Francisco y Santa María del Azogue.
Sea como sea, de lo que no cabe duda es de que en Cívica, aunque apenas reconocido y posiblemente en menor escala, se dio un fenómeno eremita comparable, salvaguardando las distancias, a aquellos otros, muchos más célebres, situados en el norte de la provincia de Palencia, y la zona cántabra de Valderredible.
Interesante, para todo aquel que quiera conocer sitios cuando menos curiosos, pero peligroso a la hora de intentar penetrar en las cuevas más inaccesibles de este auténtico laberinto subterráneo.